Primera advertencia: esta es una película realizada
exclusivamente para el lucimiento de la rellena figura de Steven Seagal,
quien desde hace ya muchos años viene repartiendo disparos, golpes y
patadas. Permitiéndose, de paso, desarrollar versiones
"propias" de éxitos ajenos como Alerta Máxima 1 y 2
(sobre Duro de Matar), y dándose el gusto de compartir cartel con
Sharon Stone, Michael Caine, Tommy Lee Jones y Kurt Russel, entre otros.
Algunos de sus films son sinceros
entretenimientos menores, con virtuosas muestras de Tai Chi y técnicas
similares, pero Seagal jamás tendrá el carisma de Jackie Chan, o el
desconcierto mundano de Bruce Willis, ni mucho menos la contundencia
imperturbable de Clint Eastwood. Sin embargo, al tipo jamás se lo nota
acomplejado por su escasa capacidad actoral y permanece fiel a si mismo.
Sin intentar salirse de su molde y esquivando las malas comedias, los
estruendosos fracasos taquilleros y los insalvables bajones de popularidad
que ha sufrido Schwarzenegger.
En lugar de tantear nuevos rumbos,
Seagal fue a lo seguro, asociándose con un poderoso productor
especialista en el género: Joel Silver, ese ladrón que, arma en mano,
siempre se las arregla para estar cerca del billete, sin importarle
estirar hasta lo inimaginable una saga como la de Arma Mortal o
robarle a John Woo y el animé japonés sus mejores trucos para
producir la sobrevaloradísima The Matrix, película que ha
impuesto las patadas voladoras a cámara lentísima, de las cuales no zafa
ni Seagal (especialista en puñetazos). Ni qué hablar, entonces, si este
film encima está dirigido por el responsable de Romeo debe morir...
Y no hay mucho mas para decir. Ah,
me olvidaba de la... ¿historia?... que es la siguiente: cincuenta kilos
de heroína desaparecen en Detroit. Entonces, llega Seagal personificando
a Orin Boyd, honesto y rudo hombre de la ley que deberá acomodarse en la
peor comisaría de la ciudad, en la que abundan los policías corruptos, y
aceptará como única ayuda posible la de un gángster rapero de piel
oscura (total, a esta altura nadie se acuerda de 48 Horas...).
Última advertencia: si no les gusta
Seagal ni en figuritas, obviamente no vayan. Pero, principalmente, si no
les agrada en lo mas mínimo todo el cine de acción realizado desde The
Matrix a esta parte, no pisen siquiera la cuadra donde se localiza su
cinematógrafo amigo.
Gabriel Alvarez
|